Serie Marte – Post 4: Cuando Marte No Habla… El Cuerpo Grita

Del autocontrol extremo a la catarsis física

Hay personas tan “tranquilas”, tan “educadas”, tan “buenas”,
que uno pensaría que no tienen enojo.
Pero sí lo tienen.
Solo que está escondido, apretado en los músculos, guardado en el estómago, metido debajo de la piel…
esperando el momento de salir.

Y nadie representa esto tan bien como Charlie, el protagonista de Irene, yo y mi otro yo.

Charlie es amable, servicial, paciente.
Demasiado paciente.
Aguanta humillaciones que cualquier otro no toleraría ni un día.
Nunca protesta, nunca pone límites, nunca se defiende.
Se ha convertido en el tipo de persona que siempre dice “sí”, incluso cuando su cuerpo le está gritando “¡YA BASTA!”.

Y un día… sucede.

😂 La escena del supermercado: el momento en que Marte se rinde

Charlie entra al súper a comprar una sola cosa.
Solo una.
Lleva su periódico, pasa a caja, respira, sigue siendo ese hombre amable que nunca quiere problemas.

Pero entonces aparece ella:
una conocida, sonriente, amable, Y le dice:

“Charlie, ¿me dejas pasar? Solo tengo unas cuantas cositas y llevo algo de prisa.”

“Claro, pasa”, dice.

Charlie sonríe.
Sonríe aunque por dentro siente cómo le tiembla el ojo.
Sonríe aunque su mandíbula ya está rígida.
Sonríe aunque su estómago está haciendo ruidos de guerra civil.

Porque así es Charlie.
Así es alguien que lleva toda la vida reprimiendo a Marte.

Pero mientras la mujer llama a sus hijos que vienen con dos carritos llenos hasta el tope. Comienza la Catarsis, y la música de fondo como el nacimiento de algo nunca antes visto.

Luego, algo en Charlie se rompe.

Una grieta.
Un clic.
Un cortocircuito emocional.

Y de pronto… ya no es Charlie.
Es Hank.

La sombra que él nunca permitió salir.
La parte cruda, descarada, agresiva, histérica, marciana.
La parte que viene de años de “calladito me veo más bonito”.

Hank mira a la mujer.
Mira los productos.
Y con la seguridad de alguien que jamás se ha sentido culpable por hablar…

le suelta:

“¡Vagi-Clean! ¿Que pasa Cariño, algo extra de queso en el taco?”

Algo sumamente inusual en Charlie, grosero y sarcástico, La mujer se queda helada sin saber como reaccionar,
Y es lógico… acaba de ver el nacimiento de Marte después de 20 años de represión.

Hank es el fuego que Charlie nunca usó.
El límite que nunca puso.
La rabia que nunca expresó.
El impulso que siempre tragó.

La escena es cómica.
Pero la metáfora es brutalmente real.


🜂 Marte reprimido no explota primero en palabras: explota en el cuerpo

Antes de que la personalidad cambie, como en la película…
en la vida real ocurre algo más sutil y frecuente:

el cuerpo empieza a hablar.

  • La piel se inflama.
  • El estómago arde.
  • Los músculos se contraen.
  • El corazón late de más.
  • La mandíbula aprieta.
  • La espalda se endurece.
  • La energía explota en forma de ansiedad o irritación.

Porque Marte, cuando no se expresa afuera,
se manifiesta adentro.

Y lo hace de formas que duelen.

🔥 Piel = fuego sin salida
🔥 Gastritis = enojo tragado
🔥 Tensión muscular = acción bloqueada
🔥 Dolor de cabeza = impulso acumulado
🔥 Insomnio = energía marciana sin dirección

Marte no quiere “portarse bien”.
Marte quiere moverse.
Y si tú no actúas… actúa él: en tu piel, tu estómago o tu sistema nervioso.


💥 El cuerpo avisa antes de la explosión

Todos tenemos nuestro propio “momento Hank”:
cuando el cuerpo ya no puede sostener el personaje de la calma.

Pero en la vida real, ese Hank no siempre es exagerado o cómico.
A veces es:

  • un brote en la piel después de una discusión
  • un dolor de espalda que aparece tras “ceder demasiado”
  • un ardor estomacal cuando no dices lo que te molesta
  • un temblor, un tic, un impulso corporal que sale sin permiso

Es el cuerpo diciendo:
“No puedo seguir cargando esto solo.”


🔥 **El antídoto no es explotar.

Es darle voz a Marte ANTES de que tu cuerpo lo haga.**

Pequeños pasos:

  • Decir más “no” a tiempo.
  • Reconocer tu irritación sin juzgarla.
  • Permitirte defender tus límites sin sentir culpa.
  • Mover tu cuerpo para liberar impulso marciano.
  • Soltar la máscara del “yo nunca me enojo”.

Marte maduro no lastima.
Define.
Protege.
Crea movimiento.
Limpia el aire.
Te devuelve tu centro.


💬 “El cuerpo es el mensajero de Marte.

Si no escuchas su fuego… lo vas a sentir en la piel.”

¿Quieres aprender a canalizar tu Marte sin destruirte ni reprimirte?

Estoy creando una guía completa para ayudarte a:

🔥 entender tu Marte según tu carta
🔥 reconocer tu patrón de represión o exceso
🔥 liberar energía marciana sin culpa
🔥 actuar con fuerza, sin perder tu centro
🔥 transformar enojo en dirección, claridad y poder personal

Sígueme para no perderte los próximos posts de la Serie Marte
y enterarte cuando salga la guía completa.

Cada parte de ti —hasta tu cuerpo— te está pidiendo esto.
Vamos a aprender a encender el fuego sin quemarnos. 🜂

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